Un ingeniero de profesión, con 77 años de edad, nacido en Piedecuesta, departamento de Santander, se convirtió en la figura electoral de Colombia,  al lograr una votación que ni siquiera èl esperaba, pues el país políticamente vive una etapa crítica de la política partidista y las maquinarias políticas que  han ejercido el poder en los últimos 50 años.

La consigna de todos los candidatos era acabar con el continuismo y lo que estuviera cercano al expresidente Álvaro Uribe Vélez, que se había convertido en el aliito de batalla a vencer

5’949.886 colombianos, el 28,17 por ciento de los que ejercieron su derecho al voto, repitieron la historian cuando el ingeniero Rodolfo Hernández lanzó su candidatura a  la alcaldía de Bucaramanga, pues le creyeron, tal como sucedió el 29 de mayo

Sin pensarlo, en 2016, se convirtió en el mandatario de los bumangueses, que, a modo histórico, no creían que un personaje como él, desconocido en su momento para muchos, con un partido independiente (auspiciado por su propio músculo financiero), alimentara, con ayuda de uno de sus cuatro hermanos y de asesores argentinos, un sueño: ser el próximo presidente nacido en Santander, después de 146 años, cuando Aquileo Parra estuvo en el cargo.

Rodolfo Hernández, forjó su fortuna desde los años 90, mientras Colombia atravesaba una crisis de construcción que, como buen emprendedor, aprovechó y fue así como ‘levantó’ viviendas de interés social y empezó a relacionarse con personalidades políticas, mientras a la par, moldeaba un imperio de la construcción: su empresa Hernández Gómez y Cía. Ltda (HG).

 

 

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