El departamento del Cauca, se ha convertido en una bomba de tiempo, tras el accionar de los grupos insurgentes que se han apoderado de una amplia zona de la región con ataques permanentes que ponen en medio del fuego a la población civil.
Zonas como el Plateado en Argelia, Corinto, Miranda, Toribio son objeto de ataques constantes
“El Cauca ha sido un territorio donde no ha parado la violencia desde hace muchísimos años”, asegura Sergio Saffon, director para Colombia de InSight Crime, entidad que estudia el crimen organizado y la violencia en América Latina. Cuando se desmovilizaron las Farc en 2017, “hubo un periodo corto en el que la situación mejoró un poco mientras se reorganizaban los grupos armados”, explica. Después se establecieron en los territorios del departamento varios grupos armados ilegales con capacidades militares.
Según la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), en Cauca hay cuatro grupos armados: el Emc, presente en 36 de los 42 municipios; el Ejército de Liberación Nacional (Eln), que está en 25 municipios; la Segunda Marquetalia, presente en 12 y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc), también conocido como el Clan del Golfo o Ejército Gaitanista de Colombia, en un municipio. Sin embargo, hay expertos, como Saffon, que dudan de la presencia de las Agc en el departamento, pues no hay pruebas más allá de algunos grafitis y panfletos.
Los ceses le han servido tanto al Emc como al Eln para consolidar su control territorial en el departamento. “Al Emc se le quitó una preocupación de la cabeza porque sabía que no iba a tener operativos militares en su contra. Si se enfrentaban contra el Eln y la Segunda Marquetalia no tenían que preocuparse por que llegara el Ejército a contraatacarles por detrás”, explica Saffón. La lógica fue la misma por los otros grupos armados ilegales.
En la zona norte, donde la economía más fuerte es el cultivo de la marihuana, están los frentes Jaime Martínez y Dagoberto Ramos del Emc. El primero domina en particular la frontera con Valle del Cauca, mientras que el segundo está más al oriente. Según Capaz, “son una de las unidades con mayores actos bélicos”.
En el Cañón del Micay y en los municipios de Argelia y El Tambo hay fuertes conflictos por el control de cultivos de coca y rutas de narcotráfico entre grupos armados ilegales. En particular, el Frente Carlos Patiño se enfrenta con el Eln que a veces hace alianzas con la Segunda Marquetalia en contra del Emc, afirma Saffón.
En los municipios del Pacífico, caracterizados por la presencia de grandes ríos explotados por la minería ilegal, especialmente de oro, opera la disidencia del Frente 30, que ocasionalmente recibe apoyo del Jaime Martínez.